El Pacto Hipnótico: Un Juego Peligroso Entre Dragones

Interesting 35 years old and up 2000 to 5000 words Spanish

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El aire en el claro del bosque palpitaba con una tensión palpable. Dravsky, un dragón macho cuyo cuerpo era un lienzo de azules y blancos, observaba a Silvana, una dragona blanca con reflejos dorados en sus alas y cuello. Se comunicaban mediante telepatía, una danza silenciosa de pensamientos e intenciones.
"En sus marcas..." la voz de Dravsky resonó en la mente de Silvana.
Silvana tensó sus músculos, la anticipación brillando en sus ojos dorados. "Listos..."
"¡Fuera!" Ambos dragones se impulsaron con fuerza, sus cuerpos monumentales desafiando la gravedad por un instante.
Silvana, más rápida y ágil, alcanzó a Dravsky, embistiéndolo con una fuerza que hizo crujir las ramas cercanas. "¡Mierda, otra vez no!" bramó Dravsky telepáticamente, mientras el impacto lo sacudía.
La caída fue estrepitosa, un '¡Thud!' que rompió la quietud del bosque. Dravsky yacía en el suelo, Silvana sobre él, sus patas sujetándolo firmemente.
"Ugh..." Dravsky sintió el peso de Silvana sobre su pecho, su orgullo herido. *Está bien entonces... ganaste de nuevo...* pensó con resignación, admitiendo su derrota en este juego intraspecies de agilidad y fuerza.
Silvana se retiró, sentándose sobre sus patas traseras con una expresión juguetona. Dravsky, aún tumbado, se estiró lentamente. "Bueno, ¡eso fue divertido!" exclamó Silvana, "Honestamente, ahora tengo mucha sed y me vendría bien una bebida..."
Dravsky se puso de pie de un salto, con una chispa en sus ojos telepáticos. "¡Oh, a mí también! Tengo justo lo que necesitas... Dame un segundo."
En un instante, Dravsky desapareció, dejando tras de sí una impresión fantasmal de su forma. Silvana cerró los ojos, expectante. "¡Oh, qué bien! No puedo esperar a..."
Dravsky regresó, sosteniendo una botella llena de un líquido rosado en su boca. Silvana terminó su frase, "... probarlo..."
Silvana tomó la botella, descorchándola con curiosidad. *Sniff*. "¡Oh, wow, esto tiene un olor fuerte y divertido!"
Silvana bebió el brebaje rosado, un aura sutil envolviéndola mientras tragaba. *Gulp. Gulp. Gulp.*
Sus ojos cambiaron, transformándose en remolinos rosados con círculos blancos. Espirales hipnóticas giraban sobre su cabeza. "Ugh... Todo... se siente tan nebuloso... ¿Esta bebida también te va a dar... efectos secundarios como estos...?"
Dravsky respondió con un beso apasionado, sus labios uniéndose con un sonoro '¡Smooch!'
El siguiente instante fue una ráfaga de sensaciones distorsionadas para Silvana. La mente de Dravsky se proyectó directamente a sus pensamientos más íntimos. *¿Sientes ese calor que florece entre tus piernas? ¿No te dan ganas de frotarte la hendidura, excitar tus necesitados repliegues?*
Silvana se encontró tendida de espaldas, sus alas extendidas sobre la hierba. Una de sus manos sujetaba su pierna, separándola, mientras que la otra se acercaba instintivamente a sus partes privadas. Su lengua se asomaba entre sus labios.
Dravsky observaba, de pie sobre ella. "Es una vista bastante hermosa..."
La confusión se apoderó de Silvana. Intentó resistir, pero el brebaje de Dravsky la estaba dominando. Sintió una urgencia incontrolable que la consumía. Con dedos temblorosos, comenzó a explorar su propia intimidad, gimiendo suavemente ante la nueva oleada de placer y desconcierto.
El brebaje hizo efecto, nublando su mente con una niebla hipnótica. La línea entre la voluntad y la sumisión se hizo borrosa. Los susurros telepáticos de Dravsky la envolvieron, penetrando cada fibra de su ser.
*¿No sientes la necesidad crecer dentro de ti? Tu hendidura necesita mucho amor, ¿sabes? Se siente vacía sin algo que la llene, ¿verdad?* Dravsky estaba disfrutando controlandola.
El autocontrol de Silvana se desmoronó, la hipnosis dominándola por completo. Acercó su boca a su vagina, lamiéndose con ansia. En su mente, la voz de Dravsky se hacía más fuerte. *El deseo, a pesar de tus intentos de complacerlo, simplemente está empeorando. Tu hendidura se siente tan vacía sin un eje dentro... tu lengua todavía no es suficiente para complacerla...*
Desde su ventajosa posición, Dravsky podía saborear la anticipación en Silvana. Con una sonrisa en su rostro azulado, telepatizó la siguiente orden: Mendigar.
La petición forzó las palabras a los labios de Silvana. Las palabras le quemaban en la garganta. Era humillante y exitante. Silvana gritó: "¡Por favor, fóllame, Dravsky! ¡Necesito tu pene tanto... por favor, por favor, solo mételo dentro de mí! ¡Dame tu semilla!"
Dravsky se elevó sobre Silvana, con su miembro completamente erecto frente al rostro de la dragona. Dravsky espetó: "Necesitada, ¿verdad? Tu deseo será mi orden después de que le des una pulida al eje que tanto anhelas".
Sin dudar, Silvana obedeció. La sensación del pene de Dravsky, grande y pulsante, profundo en su garganta, fue abrumadora. Se atragantó un poco, pero continuó, buscando la satisfacción que la dominaba.
Dravsky se dejó hacer por unos instantes antes de obligarla a detenerse, retirando su miembro. Él proclamó con firmeza: "¡Buena chica!"
Se posicionó sobre ella. Con un gruñido satisfactorio, penetrando en ella.
Con un gruñido satisfactorio, Dravsky embistió, llenando a Silvana con su poderío. *Glap. Plap.*
Dravsky observó a Silvana con una mirada depredadora, el control total pintado en su rostro. Él dijo para ella telepáticamente: *Eso debe sentirse asombroso, ¿verdad? ¿Finalmente llenar tu hendidura con algo más sustancioso? Y, ¿sabes qué? Seré amable y te permitiré sentarte en una posición más cómoda~*
Empujó más profundamente.
Ambos dragones yacían entrelazados, su respiración pesada en el aire. El bosque se llenó de una sensual quietud.
El momento, aunque impuesto por el control mental, tenía una crudeza innegable. Una liberación animal...
Dravsky deslizó una de sus patas alrededor del cuello de Silvana. *Ah, ¿no es mucho mejor así? Tu obediencia merece una recompensa.*
"Mmmf... ah... eres tan condenadamente estrecha..."
Silvana jadeó, con su lengua colgando débilmente. "Hahhh... ahh... ¡¡¡Lléneme ya!!!"
El orgasmo tomó a Dravsky por sorpresa. Con los ojos cerrados, dejó que la oleada de placer lo recorriera, su cuerpo temblando mientras vaciaba su semilla dentro de Silvana.
Cuando Dravsky finalmente se retiró, el semen goteaba de Silvana, dejando un rastro líquido en su piel. Aún jadeante, Dravsky besó suavemente a Silvana. *Lo hiciste bien, ¿por qué no descansamos un poco ahora? Satisfaciste bien mi sed.*
El pulso de stretch sacudió a los dos dragones, completando así el juego que ellos tenían.
Después de ello se sintieron diferentes con su nueva unión que había comenzado con la dominación, se relajaron completamente después del hipnótico juego y el clímax carnal.
Ambos dragones, jadeantes y exhaustos, yacían abrazados, dejando atrás el recuerdo de su danza erótica.